lunes, 4 de abril de 2011

ERICH SALOMON. LA FOTOGRAFÍA CANDID

BIOGRAFÍA

Erich Salomon nació en Alemania, el 28 de Abril de 1886, en una próspera familia germano-judía. Su padre era banquero y miembro de la bolsa de valores, y en la familia de su madre había destacados editores.

Por todo ello, de joven tuvo el tiempo y dinero suficiente para estudiar distintas carreras: primero estudió zoología, luego ingeniería, ambas en Berlín, y finalmente Derecho en Munich, obteniendo su graduación en 1913.

Aunque Salomon comenzó tarde su carrera como fotógrafo, la vida anterior lo había preparado bien para sus propósitos fotográficos

El mismo relata cómo llegó a la fotografía en Vu:

Me encontraba solo, un domingo de verano, en la terraza de un restaurante de los alrededores de Berlín, a orillas del río Spree, cuando estalló una tempestad violenta que no duró mucho tiempo, pero hizo grandes estragos en los bosques de alrededor. Algunos minutos más tarde llegó un chillón que, proponiéndome un periódico, me dijo: “¿Sabe que el ciclón ha derribado árboles sobre el tejado de la casa de baños de la playa y mató a una mujer?”

Trabajaba en este momento en el servicio de publicidad de una gran casa de ediciones y me dije que a algunas redacciones de periodismo posiblemente les habría interesado tener fotos de la catástrofe. Tomé entonces un taxi y recorrí los alrededores para encontrar allí a un operador al que traje a los lugares. Me hizo doce fotos y me prometió enviarlas a Berlín. Volviendo por la tarde a Berlín, consideré preferible prevenir al redactor jefe de uno de los periódicos que salía el lunes de que tenía documentos del accidente, documentos exclusivos, que no había visto ningún otro medio. Éste, muy interesado, pidiéndome que se los enviara lo más rápidamente posible, me encargó un relato, como testigo ocular de la tempestad. Me dieron 80 marcos por tres fotos y 25 marcos por el artículo, es decir, en total, 105 marcos. Pero había gastado 83 marcos en el fotógrafo y el taxi, de modo que me quedaron sólo 22 marcos de beneficio. Me dije entonces que si yo mismo hubiera tenido un aparato, mi beneficio nítido habría sido de 90 marcos, lo que no era despreciable por una excursión de domingo.

Al día siguiente me dirigí a comprar una cámara el vendedor me aconsejó un pequeño aparato de bolsillo con un objetivo bastante poderoso para poder trabajar con la luz eléctrica ordinaria. Provisto de este pequeño aparato, conseguí algunos días más tarde, con ocasión de un proceso sensacional, hacer las primeras fotos que jamás habían sido tomadas en un tribunal alemán. Ya en el primer día de audiencia el trabajo me reportó el doble de mi sueldo mensual como empleado. Ésa fue la razón por la que cambie de profesión.


Erich Salomon, durante la Primera Guerra Mundial, sirvió en el ejército alemán y, al poco tiempo fue capturado durante la primera Batalla del Marne, estando prisionero los siguientes cuatro años en campos de prisioneros de guerra franceses, donde sirvió como intérprete y adquirió gran fluidez en el idioma francés que más tarde le serviría para entrar a las conferencias diplomáticas.

En los años de posguerra, su familia se arruina como consecuencia de la inflación que devastó la economía alemana. Asimismo Salomon, después de un breve período trabajando en la Bolsa de valores, se vio obligado a vivir por sus propios medios. Así, pues, llevó a cabo dos iniciativas empresariales: primero como socio en una fábrica de pianos y luego como propietario de un servicio de alquiler de automóviles y motocicletas eléctricas, que terminaron fracasando, pero gracias a que Salomon había puesto un anuncio ofreciendo asistencia legal y financiera gratuita a los clientes de autos de alquiler mientras los conducía, atrayendo la atención de la casa editora Ullstein, en 1925 le ofrecieron un trabajo en su departamento de promoción.

Ullstein era en aquel momento la editora más prestigiosa de Europa, produciendo libros, diarios y revistas. La publicación más exitosa era el Berliner Illustrirte Zeitung, un semanario ilustrado con una tirada record de 2 millones de ejemplares en 1930 y que bajo la dirección de Kurt Szafranski se había revitalizado en los años de posguerra, dando mucho mayor énfasis a la fotografía.

En Ullstein, Salomon estaba a cargo de los afiches en vía pública de las revistas. Uno de sus trabajos allí consistía en comprobar que se respetaran los contratos publicitarios y, como prueba en los juicios cuando estos acuerdos se incumplían, Salomon aportaba las fotografías que tomaba.

En 1927, después de numerosos juicios contra granjeros que rehusaban a cumplir los términos de los contratos para instalar carteleras en sus propiedades, Salomon pidió prestada una complicada cámara de estudio al departamento fotográfico para documentar alguno de los lugares que sirvieran de prueba ante los Tribunales.

En 1928 tomó la fotografía de un acusado en un juicio a pesar de la prohibición de realizar fotos en el tribunal, ocultando su cámara en un maletín y a partir de ese momento estuvo trabajando como reportero gráfico hasta 1933.

Aunque sus primeros trabajos aparecieron en Ullstein, también se publicaron en la francesa Vu y L´Illustration, la holandesa Wereldkroniek, las americanas Fortune, Time, y The New York Times, principalmente entre 1930 y 1932, y la británica Daily Telegraph, entre 1935 y 1939. En Alemania, trabajó tanto para la Berliner Illustrierte, en sus comienzos, como para la Münchner Illustrierte, que le consagraría definitivamente.

Los principales temas que abordaba eran reuniones oficiales de las autoridades y también del mundo cultural y artístico.

En 1931 publicó Berühmte Zeitgnossen in unbewachten Augenblicken (Celebridades contemporáneas en momentos imprevistos), con 150 fotografías de dignatarios y celebridades de la época, y organizó una fiesta de cumpleaños (45 años) para cuatrocientos miembros importantes de la sociedad berlinesa, en la que proyectó las fotografías candid que les había tomado con anterioridad.

En 1932, después de su segundo viaje a America, se encontró con que Hitler había establecido su cuartel general en el Kaiserhof y la República de Weimar estaba en proceso de agonía. Salomon tuvo tiempo para obtener algunas fotos sobre los abusos de los Nazis en el Reichstag, pero pronto se vió en la necesidad de marcharse.

No optó, como hicieron otros, por irse a los Estados Unidos o Inglaterra, sino que decidió establecerse en Holanda, que era el lugar de nacimiento de su esposa. Así, en La Haya cubrió muchos acontecimientos. Continuó viajando, destacando sus visitas a Gran Bretaña, donde fotografiaba a líderes del gobierno, de la oposición y miembros de la familia real, aunque fracasó en sus reiterados intentos de romper los diques de contención que se situaban alrededor del Palacio de Buckingham y las Casas del Parlamento.

Durante este período, también tomó fotografías en salas de concierto, incluídas tomas de acción de los grandes directores de este siglo, casi siempre ocupando un asiento en medio de la orquesta.

Fue invitado a viajar a los Estados Unidos por la revista Life, una de las nuevas revistas ilustradas, que utilizaba muchas de sus fotografías.

En Mayo de 1940, la Blitzkrieg Nazi se tragó a los Países Bajos en cuatro días. El fotógrafo candid que había sido tan admirado y reconocido por la sociedad berlinesa ya sólo era reconocido como el el judío Salomon y fue forzado a llevar una estrella amarilla.

En 1943, las Leyes de Nuremberg y la implementación para la solución fina extendida a las naciones ocupadas por los alemanes, provocaron que Salomon, su esposa y su hijo Dirk tuvieran que buscar un escondite. Fueron delatados por la lectura de un medidor que revelaba un incremento en el consumo de gas, y deportados a Alemania.

De acuerdo con los registros de la Cruz Roja, Erich Salomon murió en Auschwitz en Julio de 1944, un mes después del desembarco aliado enNormandía.

La carrera de Salomon como fotoperiodista duró tan solo algo más de una década. Pero durante ella, fue un verdadero historiador con una cámara, documentando toda una época en la historia moderna.

Forjó un estilo que inspiró a muchos fotógrafos, hoy más famosos que él, pero nunca fue superado como el maestro de los robados fotográficos.


LAS CÁMARAS DE SALOMON.

Salomón compró una cámara de uso periodístico de la época: una Contessa Nettel de 13 x 18 cms - pero, puesto que necesitaba una cámara más pequeña y manejable, adquirió una Ermanox, una cámara de placa, con una lente de gran apertura y con imagen de pequeño tamaño, excelente para tomar fotografías en pobres condiciones de luz.

Según la publicidad de la época, esta cámara que llevaba cuatro años en el mercado, realizaba “fotografías de noche y de interior sin flash. Saque fotos usted mismo en el teatro durante la representación. Exposiciones de corta duración o instantáneas. La cámara Ermanox era pequeña, de fácil manejo y poco visible”, pero pocos fotógrafos la habían utilizado, por su dificultad a la hora de enfocar con precisión, y por su pequeña placa de 41/2 x 6 cms., que requería ampliación.

Para Salomon, sin embargo, era una cámara con gran potencial, ya que con ella podía sorprender a sus sujetos de fotografía. Salomón continuó utilizando la Ermanox hasta 1932 en que cambió por una Leica del tamaño de las actuales SLR 35 mm.

Los tiempos de exposición de su cámara estaban entre una quinta parte de segundo y un segundo, por lo que para que el sonido del obturador no pudiera distraer la escena, Salomon introdujo una persiana Compur, sin apenas vibración, con lo que los protagonistas sabían que se les estaba fotografiando, pero no sabían cuándo. Este hecho hacía que sus fotografías estuvieran llenas de naturalidad, factor determinante en la llamada Candid Photography, que Erich Salomon inauguró.

A partir de 1930 comenzó a utilizar la cámara Leica que era mucho mejor técnicamente.


LA TÉCNICA DE SALOMON:
LA FOTOGRAFÍA CANDID

Las fotografías de Erich Salomon se expandieron rápidamente a todas las publicaciones del mundo. En 1929, el Graphic de Londres acuñó la frase candid camera para describir su técnica. Con el tiempo, la prensa lo bautizó como el Houdini de la Fotografía, el Maestro de la Indiscreción, el Cameraman Invisible. Un diario fué tan lejos como para llamarlo Diógenes con una Cámara.

Sin embargo, la descripción que más le gustaba a Salomon era Historiador con una Cámara, y el término que inventó para describirse a sí mismo fué Bildjournalist - que todavía es la palabra alemana equivalente a fotoperiodista.

La Candid Photography es espontánea. La Cámara se inserta dentro de los acontecimientos pero sin perturbar. Esta técnica se caracteriza por la ligereza y discreción de la cámara fotográfica, el uso de grandes velocidades en los tiempos de exposición, lo que lleva a la utilización de películas muy sensibles, dando lugar a imágenes densas y poco definidas en interiores, y sobreexpuestas en exteriores.

Se considera la rama más pura del reportaje documental, y fue seguida más adelante por fotógrafos como Henri Cartier-Bresson o Weegee.

El uso de esta cámara, le permitiría realizar su trabajo de una forma natural y sigilosa, especializándose en temas políticos, en conferencias internacionales y en las reuniones de personajes importantes.

Tuvo siempre el instinto necesario para captar el momento más natural e inadvertido de quienes retrataba, con ingenio, cuidadosa composición y gran elegancia periodística.

Salomon descubrió que una vez que estaba dentro de una sala de conferencias, salón de banquetes, o una asamblea parlamentaria su presencia era aceptada, por lo que raramente escondía la cámara, ya que aunque la Ermanox tenía una óptica avanzada para la época, todavía era necesario hacer exposiciones de un cuarto de segundo o más, siendo necesario el uso de un trípode.

Pero, aunque su cámara estuviera montada sobre un trípode y todo el mundo supiera que estaba tomando fotografías, Salomon lograba que sus sujetos ignoraran cuando disparaba la cámara. Hacía todo lo posible para que él y su cámara se fundieran en el fondo. Con frecuencia se alejaba del trípode, con un largo cable disparador en su mano. Para evitar el sonido del click, colocaba un silencioso obturador Compur sobre el frente del lente. Y aunque tenía que cambiar placas después de cada disparo, nadie notaba cuando lo hacía.



TIMING

Hoy día, teniendo en cuenta lo larga que eran las exposiciones, es sorprendente que Salomon obtuviera tantas tomas sin movimiento en las figuras. De nuevo, tenía éxito porque era un maestro del timing, es decir, era capaz de disparar el obturador justo en el momento en que existe una casi imperceptible pausa en el movimiento capturando así, por ejemplo, el instante en una conversación cuando la persona que habla duda y sostiene su expresión y gesto, mientras que los oyentes permanecen inmóviles con atención. A pesar de las limitaciones técnicas, él era capaz, en general, de capturar el momento clave.

Era un maestro en encontrar el lugar más adecuado o la ventana abierta de una embajada. Salomon también desarrollaba un casi perfecto sentido de "timing": "Si uno se para delante de las puertas de un salón de conferencias y le pregunta al hombre a cargo si puede pasar", escribió, "lo más probable es que el hombre le diga todas las razones por las cuales no se puede pasar. Si, en cambio, antes de que comience el encuentro uno ya está adentro, el hombre a cargo tiene que pedirle que salga del salón - esto requiere un esfuerzo psicológico mayor de su parte". En otras oportunidades seguía otra regla - llegar exactamente una hora más tarde, cuando sabía que los porteros estarían cansados. Otras veces esperaba la llegada de una persona prominente y se pegaba a él como si fuera un miembro de la comitiva.

FOTOGRAFIA EN INTERIORES CON LUZ NATURAL.

Erich Salomon defendió la iluminación natural (en contra del flash) para no interferir en las escenas destacando su ambiente; estos resultados los lograba empleando unas velocidades de obturación de un cuarto o quinto de segundo y unas aberturas de f/1.8 o f/2.

Experimentó y dominó la técnica de la fotografía en interiores con luz natural, así que convenció a Szafranski para que le permitiera cubrir el juicio de un asesino de policías para el Berliner Illustrirte. A pesar de que estaba prohibido tomar fotografías en los Tribunales, Sálomon consiguió fotos que captaban la atmósfera del juicio, primeros planos del procesado, su madre, los abogados y los testigos. Lo consiguió escondiendo su cámara en un sombrero bombín, cortando un agujero para el lente. Pero el último día del juicio, una persona descubrió a Salomon y le exigió los negativos, por lo que éste recurrió al truco de entregarle placas sin exponer, declarándose arrepentido y, por consiguiente retirándose con las placas expuestas guardadas en sus bolsillos.

Poco después cubrió otro juicio por asesinato. En esta ocasión, Salomon, escondió su Ermanox en una valija attaché equipada con una intrincada red de levas para accionar el disparador. Estas fotografías fueron publicadas por toda Europa y Salomon abandonó su puesto de trabajo en Ullstein, pasando a convertirse en un profesional liberal.

Le tomó un primer plano al Presidente Hoover en un banquete en Washington usando un arreglo floral que estaba en la mesa como camuflaje.

Una correa fijada a su brazo le permitió obtener la primera fotografía de la Corte Suprema de Estados Unidos en sesión.

Y una serie de libros de matemáticas calados, le permitieron penetrar en los salones del casino de Monte Carlo - un ambiente aún más sacrosanto que los encuentros políticos que cubría.

Pero no siempre los trucos de Salomon funcionaban, ya que por ejemplo al intentar infiltrarse en un encuentro de nobles escoceses, llegó con su cámara metida dentro de una gaita, pero fue inmediatamente expulsado debido a que estaba vistiendo la falda de un clan rival.

En otra ocasión, en una conferencia en La Haya, intentó tomar una fotografía de líderes importantes que se encontraban en el balcón de un cuarto piso disfrazándose de pintor, para lo que había alquilado una escalera de seis metros de extensión y contratado un equipo de seis personas, pero los delegados huyeron con el representante británico quejándose en voz alta.

En 1929, cubrió la primera conferencia de La Haya. Durante el primero de sus viajes a Inglaterra, tomó una escalofriante fotografía de los jueces de la Cámara de Apelaciones preparando una sentencia de muerte, imagen que permaneció sin publicar durante años cuando Salomon descubrió que había cometido una ofensa punible con tres meses de prisión bajo la ley británica.

A fin de año, por pedido de la revista Fortune, fue a California, donde obtuvo una serie de fotografías de Marlene Dietrich haciendo una llamada transatlántica a las 4 de la mañana a su hija en Berlín.

En esta fecha la fotografía candid ya era reconocida como su marca de fábrica a través del mundo.

Salomón cubrió la primera serie de conferencias internacionales: el encuentro cumbre en Lugano, una sesión de la Liga de las Naciones en Ginebra, y la firma del pacto de desarme Kellogg-Briand en París, donde tranquilamente entró y tomó el asiento del delegado polaco ausente.

No era un veterano hombre de prensa ni un imprudente joven agresivo. Más bien, fue un hombre retraído llamado Erich Salomon quien, a la edad de 42 años era calvo, usaba gafas, algo panzón, y siempre impecablemente vestido. De edad y estatura medianas, algo blando en apariencia, se comportaba con dignidad y un gran sentido de corrección. No había mucho que le distinguiera de los funcionarios políticos. Siempre vestía correctamente: con traje de chaqueta o smoking para banquetes y recepciones; con un traje conservador hecho a medida la mayor parte del tiempo. A menudo alquilaba una limousine y llegaba a los encuentros a la manera de un dignatario menor.

Salomon era sofisticado, hablaba varios idiomas, conocía la política, y cuando era importante tener un título, se hacía llamar Doctor, como cualquier graduado de una escuela de derecho alemana. Se ganó la amistad en los círculos políticos y económicos, descubriendo que casi no había un evento importante en el cual no tuviera un amigo y/o cómplice de confianza.

Muchos hombres de estado comenzaron a aceptar a Salomon, Así, en la apertura de un encuentro internacional, el Ministro de Relaciones Exteriores francés, Aristide Briand, divirtió a sus compañeros delegados mirando alrededor del salón y exclamando: Dónde está el Dr. Salomon? No podemos empezar sin él. La gente creerá que esta conferencia no es importante!.

En realidad, muchos hombres de Estado reconocieron que las fotos del Dr. Salomon eran documentos históricos que debían preservarse para la posteridad.


EL REPORTAJE

Una nueva generación de fotógrafos, marcada por la formación universitaria y la procedencia de capas medias y altas de la sociedad, fue uno de los factores del nacimiento del reportaje y del cambio en la consideración de la figura del fotógrafo en todos sus ámbitos.

Salomon realizó un importante cambio en la concepción del reportaje ya que utilizaba una cámara de pequeño formato, su Ermanox, con un objetivo muy luminoso (1.8f) y el uso de placas fotográficas ultrarrápidas, lo que le permitió fotografiar todo cuanto se ponía al alcance de sus ojos.

Fue pionero del periodismo fotográfico moderno y uno de los primeros en usar máquinas de pequeño formato y en fotografiar interiores sin flash ni lámparas. Llegó a ser llamado el rey de los indiscretos.


SU OBRA

Su obra se concentra entre 1929 y 1933, interesándose por inmortalizar momentos muy concretos. Realizó pocos reportajes extensos y siempre en interiores. Salomon poseía una intuición infalible para el momento esencial y fue considerado como el primer hombre de la cámara indiscreta de su tiempo, término acuñaría el editor del Daily Graphic.

En 1928, la revista alemana Berliner Illustrirte Zeitung comenzó a publicar algunas destacadas fotografías espontáneas de líderes mundiales.

Una de las fotos, tomada en una conferencia cumbre importante en Lugano, Suiza, mostraba a ministros clave de seis de las naciones más poderosas reunidos alrededor de una pequeña mesa de té en un hotel alpino. Mientras los otros ministros se acercaban para escuchar, el usualmente reservado secretario de Relaciones Exteriores británico, Sir Austen Chamberlain, fué captado con los ojos restallantes y un cigarro posado entre sus dedos mientras desarrollaba un punto.

En otras fotografías, delegados a la Liga de las Naciones en Ginebra - los que generalmente aparecían en la prensa prolijamente arreglados alrededor de la mesa de conferencias con expresiones duras y congeladas - se transformaban súbitamente en humanos que bromeaban, bostezaban, dormitaban y charlaban entre sí después del almuerzo. Tomas tan reveladoras de políticos y otra gente famosa son todavía raras; más de medio siglo atrás
Erich Salomon fue principalmente un fotógrafo de eventos políticos.

Desde el comienzo, llevado por sólidos instintos periodísticos, así como por un fuerte sentido histórico, se reservó para sí los más importantes hechos de su tiempo - la casi contínua ronda de conferencias internacionales. París, Ginebra, Berlín, Lugano, y la Haya fueron algunos de los sitios donde los estadistas se reunieron durante los años entre las dos guerras mundiales. En vano trataban de resolver el embrollo de problemas suscitados en la primera lucha, tratando de parar la ola de inquietud política y económica que estaba llevando al Oeste a un segundo conflicto.

Antes que Salomon entrara en escena, las fotografías de estos eventos casi siempre eran duras y posadas, desprovistas de vitalidad.

Las fotos de Salomon surgieron como un contraste destacado. Eran vistas íntimas, no posadas, tomadas cuando los sujetos menos lo esperaban.

Mostraba poco interés por la belleza formal y más por la belleza que surge de una acción captada en su punto más maduro y revelador - lo que Cartier-Bresson, siguiendo a Salomon, llamaría el momento decisivo.

Sólo la vestimenta y los fondos aparecen fuera de época en las fotografías de Salomon. Sus sujetos todavía están vivos, y muchos años después, todavía podemos ver a los hombres que tenían el futuro en las palmas de sus manos cuando Salomón los fotografió: apostadores desaprensivos jugando con el destino del mundo, se les ve tan inconscientes de los riesgos como lo están de su cámara.

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